lunes, 5 de enero de 2015

Capitulo 13 "¿Elijo quedarme o partir?"


- Perdóname yo no quería hacerte daño - musito acariciando un mechón de mis castaños cabellos, cerró los ojos y creyó que su vida perdía sentido - Yo tengo la culpa de todos tus males, sé que no te supe amar como lo merecías, pero te necesito mi amor, me duele más imaginar que me dejaras aquí sin ti - en ese momento solo podía pensar que no volvería a ver aquellos ojos azules que lo deslumbraban, aquella sonrisa que lo volvía loco, tenía el alma destrozada, saber que yo me encontraba en coma lo deprimía y lo convertía en una persona pesimista - nunca quise hacerte sufrir...
Acaricie su mejilla antes de volver a mi sueño eterno. Él levanto la mirada con esperanza, pero al verme dormida de nuevo creyó que todo era una ilusión. No recuerdo mucho de lo que ocurrió después, solo oía a las personas hablar, primero reconocí la voz de Cecilia que le reclamaba a Santos por mi estado.

- ¡Ya lo se!, si yo no hubiera sido tan cruel con ella...- se reprochaba Santos con la voz desesperada.

- ¿Donde quedo el Santos Luzardo que yo conocía? - pregunta Cecilia.
- Ese Santos se ha ido con Bárbara - dijo Santos casi sin voz.
- No vas a ganar nada siendo tan pesimista Santos, estoy segura que Bárbara va a despertar del coma en el que se encuentra porque tiene que velar por una hija y compartir su larga vida a tu lado - musito Cecilia con un deje de seguridad, quería gritar que Cecilia tenía razón, pero mi cuerpo no respondía. Más tarde volví a escuchar voces...
- Debería ir a descansar Santos, yo me quedare con ella - era la voz de Arias.
- No quiero alejarme de ella - respondió Santos entrelazando su mano con la mía - Tengo miedo de perderla...
- Ella está bien, cuando la examine note que su cuerpo estaba respondiendo a las medicinas que le suministramos, además su pulso se normalizo y eso es una buena señal - dijo quitándome los tubos que llevaba en la garganta - Es más estos tubos ya no serán necesarios, ahora puede respirar por si sola.
- ¿Por qué no me lo dijo antes? - pregunto Santos un poco molesto.
- Usted estaba dormido a los pies de Bárbara y no quise molestarlo - se defendió el doctor - Lo único que puedo decirle es que nos resta esperar a que regrese con nosotros, pero déjeme sugerirle que sea positivo, hablele bonito para que ella sepa que tiene una razón para regresar.
- Si tan solo abrieras los ojos - fue lo ultimo que le oí decir a Santos, me desespere, necesitaba abrir los ojos, pero no entendía porque mi cuerpo no reaccionaba a los estímulos que me hacía el doctor.
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Dicen que las personas inconscientes pueden oír lo que pasa a su alrededor y en mi estado puedo asegurar que es verdad, aunque no hay algo que desee más que despertar, no quiero que le digan a mi hija que estoy mal, pero como hago para avisarles que estoy bien, que solo estoy esperando a que mis ojos se abran para volver a mi vida antigua. He escuchado cada palabra de Santos y sé que está arrepentido, pero no puedo culpar a nadie por lo que me pasó, yo misma con mis mentiras me he perjudicado hasta este punto, sin embargo, luego de todo lo que he vivido es mi manera de estar segura y ahora sé que tengo que cambiar ese habito para no hacerle más daño a mi hija y al hombre que amo. 

Todo vuelve a nublarse, ya no oigo ni un murmullo, pero es como si nada hubiera pasado…me encuentro en el jardín de Altamira, ¿Qué está pasando?, decido caminar un poco para entender. Veo a Mimi acariciando a Capricho, ¿Habré muerto y esto es una clase de cielo?, me paro en frente de ella quien no se inmuta ante mi “presencia”.

- Hija – la llamó, pero es como si no me escuchara. Que extraño es todo esto, no entiendo nada, se supone que hace un momento podía oír las voces de varias personas mientras me hallaba inconsciente y ahora estoy caminando por los alrededores de Altamira completamente sana, pero es como si fuera un fantasma porque nadie puede verme ni oírme. 
Prefiero seguir buscando pistas que me ayuden a entender lo que está pasando, así que subo de inmediato a la recamara donde debería estar, escucho que alguien se incorpora de una silla y viene hacia la puerta, no retrocedo pensando que si soy un fantasma la puerta me atravesara, pero cuando la abren que empujón contra la pared me da. Santos revisa detrás de la puerta y noto que no me vio porque sigue con su camino. Es el momento perfecto para entrar a revisar y así lo hago, sin embargo cuando alzo la vista hacia el interior de la habitación me llevo una sorpresa que prácticamente me deja atónita frente a la cama. 

Veo mi cuerpo conectado a unos aparatos, pero este sigue en el mismo estado. ¿Morí acaso? No es posible, la máquina muestra mis signos vitales estables y si es así ¿Cómo demonios es que pude salir de mi cuerpo?, toco mi cuerpo y esta tibio, respiro con dificultad y siento un pequeño corrientazo que me hace retirar mi mano de allí, estoy confundida. Eustaquia estaba parada en el marco de la puerta, observo que tiene cara de preocupación, pero cuando pasa de la puerta su expresión cambia radicalmente.

- Virgen santísima – dice echándose la bendición – el ambiente esta tenso – se acerca a mi cuerpo y estoy segura que está pensando que moriré, pero ¿Sera así?, necesito que alguien me resuelva estas dudas que traigo en la cabeza.
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Cayó la noche en el Arauca, me sentí un poco cansada, lastimosamente la única bruja de la región era yo y no sabía cómo explicar lo que estaba pasando,  baje las escaleras y entre al cuarto de Santos, él estaba allí leyendo tranquilamente, me acerque lentamente y deposite un beso en sus labios, Santos se asustó y subió como alma que lleva al diablo a mi recamara, lo seguí de un impulso, pero cuando el vio que todo estaba normal suspiro, Cecilia y Eustaquia entraron en el cuarto alarmadas.
- Santos ¿Qué paso?, ¿Por qué corriste? – pregunto Cecilia intranquila.
- No me lo van a creer, pero sentí que Bárbara me daba un beso cuando estaba abajo leyendo – respondió pasándose una mano por el cabello – Y creí que… - su voz temblaba.
- ¿Estaba deshaciendo pasos? – completo Eustaquia con sabiduría.

- Si – dijo Santos con angustia, me sentí culpable porque no pensé lo que hice, no sabía que me podían sentir.

- Esta tarde cuando entre en esta habitación…sentí algo extraño – dijo Eustaquia seriamente mientras Santos se cruzaba de brazos poniendo atención – Es como si a Barbarita le pasara algo, pero no puedo comprender que.
- Está mal de salud, eso le pasa – contesta Cecilia.
- No es eso, es algo más como del alma – Mi nana tenía la respuesta que yo estaba buscando, si tan solo pudiera comunicarme con ella.
- No… - dijo Santos casi en susurro retrocediendo un poco – Bárbara no me puede dejar.
- Yo no te voy a dejar Santos, no podría – le respondo inútilmente.

- Que sea lo que Dios quiera sobrino, pero ahora es mejor que vayas con Kimberly, ella también te necesita – dice Cecilia conduciendo a Santos hacia la puerta, Eustaquia ya iba camino a su habitación y yo, yo me quede ahí mirándome a mí misma. Me encamine al cuarto de Eustaquia y me escabullí adentro sin hacer ruido, la vi con los ojos cerrados ya metida en su cama; me imagine que ya estaba dormida hasta que exhalo con fuerza el aire en un suspiro.


- Sé que estás aquí Barbarita – fue lo único que dijo con los ojos aún cerrados, me acerque a ella y me senté en el borde de la cama, tenía la certeza que por más que intentara hablar ella no me podría escuchar, pero yo si a ella, así que decidí tan solo escuchar las sabias palabras que brotarían de su boca ayudándome a entender – Te encuentro intranquila mija, pero eso no te hace bien - me dijo con suavidad – Lo más seguro es que no sepas que tú eres quien debe decidir si quedarse o irse de este mundo… por lo general tenemos la costumbre de derrumbarle esa carga a los médicos e incluso a la familia creyendo que con la experiencia o la oración podrán regresarnos a la vida o dejarnos ir, pero solo tú tienes la capacidad de seguir con la batalla o descansar en paz por falta de fuerzas. Te conozco y eres una luchadora Bárbara, sé que por ti te quedarías aquí ganándole una vez más a la vida, sin embargo, entendería y aceptaría con tranquilidad que partieras, son muchas cosas las que te han tocado vivir y quizás es hora de descansar del sufrimiento destinado para ti, simplemente está en tus manos tu futuro – abrió los ojos un momento y miro directo a donde me encontraba, parpadee varias veces y la vi señalándome – Ahora vete que alguien más quiere hablar contigo antes de que decidas – dijo cerrando de nuevo los ojos y acomodándose para dormir. 


Salí de allí con la mente despejada, pero tenía que elegir lo que creía era mejor que pasara. Me deje caer en un rincón del pasillo y me lleve las manos a la cara para tratar de ocultarla, pensé en mi hija, que sería de ella si decidía irme, no podía dejarla, pero también sabía que estaría bien junto a su papá, algún día le dirían que tuvo una madre con un pasado espantoso, pero que a pesar de todo siempre la amo. Pensé en Santos, en todos los momentos que habíamos pasado juntos, algunos maravillosos y otros no tanto, eran él y mi hija quienes me ataban a este mundo, pero sabía que tal vez si me iba no habría más sufrimiento y luego el sol volvería a salir para ellos convirtiéndose en felicidad; yo estaría cuidándolos desde allí arriba, pero lo más importante es que siempre permanecería en sus corazones, se me fue la noche inmersa en mis pensamientos hasta que pequeños rayos comenzaron a filtrarse por la ventana y decidí levantarme para enfrentarme a mí misma y tomar una decisión de una vez. Entre a mi recamara, me pare junto a mi cuerpo y le eche un último vistazo, iba a decir algo, pero Santos entro de repente y se posó a mi lado, tomo mi mano con delicadeza y agacho la cabeza.


- Todos me dicen que sea lo que Dios quiera será lo mejor, pero en mi cabeza no cabe la posibilidad de una vida sin ti – me susurraba, note un temblor en su voz y su mirada se tornó cristalina, supe que me hablaba con el corazón en la mano –Tú me cambiaste la vida Bárbara, a pesar de todo lo que hemos tenido que vivir he comprendido que juntos podremos luchar contra todos esos obstáculos  y estoy seguro que encontraremos esa felicidad que tanto anhelas, es más ya tenemos parte de ella y una muestra de eso es nuestra hija – sus palabras eran ciertas, él dejo que una lágrima se escapara de sus ojos y rodara por sus mejillas partiéndome el alma, suspiro y se animó a continuar – Soy muy egoísta contigo, solo estoy pensando en mí…está bien mi amor, si te quieres ir, hazlo con tranquilidad, yo…yo lo aceptare – agacho la cabeza y con sus palabras me sentí libre, pero precisamente en ese momento obtuve la respuesta a mis inquietudes, ya no tenía más dudas, estaba segura de lo que debía hacer, cerré los ojos y me deje llevar por mi decisión, una paz inmensa me consumió y todo acabó. 





5 comentarios:

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  2. Queeee???? Barbara murio?!!! No me digas que si??? :( :( no me hagas eso, porfaaa!!
    Hay mas capitulos?

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  3. Que pasoo con Barbara??? No la mates :'( . Subes próximo?

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  4. x faaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa sube el otro capitulo dejas con la intriga horrible ¡¡¡¡

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